Suele ser un lugar común, en los más de 40 años de democracia que llevamos, que la oposición, sea cual sea, diga que el gobierno, sea el que sea, solo acierta cuando rectifica. Pero esta vez parece ser diferente.
Hace unos días el gobierno propuso permitir a partir del 26 de abril la salida a la calle de menores acompañados de uno de sus progenitores. Limitaba estas salidas al acompañamiento a donde los adultos podían ir, básicamente de comprar.

El propio Pablo Casado hizo manifestaciones que recuerdan el glorioso “viva el vino” de su antecesor en la presidencia del PP, M. Rajoy, o el famoso “quien te dijo a ti que quiero que conduzcas por mi” de su mentor Aznar, visiblemente afectado por la bebida señalada por Mariano.

Esa salida propuesta sería muy escalonada como lo es también la de los adultos a la hora de ir a comprar que se extiende a lo largo del día evitando, si pueden, las horas punta. Otra circunstancia que reducía un poco el riesgo.
Pero no hubo más remedio que rectificar. Y seguro que en la mayoría de ciudades y pueblos no pasó nada y no se produjeron grandes aglomeraciones. Pero en otros ocurrió lo que era previsible. Muchos salieron a las mismas horas (de mejor temperatura, soleadas) y a los lugares habituales de paseo o esparcimiento, sin duda pensando que nadie más tendría tan original idea.
Y así se ven imágenes como las que todos pudimos ver ayer en las redes, con grupos de gente próxima conversando entre ellas y además apartando la mascarilla para conversar. Ni distancia social, ni medidas de protección. Al final la irresponsabilidad de unos pocos nos regalará otro mes de confinamiento a todos.
Rectificar es de sabios, menos cuando se hace atendiendo a los que más gritan.
Rafa Castillo.