sábado, 31 de enero de 2015

y la gota cayó... pero no había sitio en el vaso.

Hace días, semanas, ni siquiera vale la pena comprobar cuantas, escribí en mi blog sobre la gota que me colmaba el vaso. Decía que solo quedaba una para rebosarlo. Era una llamada desesperada para que no ocurriese. O para que alguien me convenciese para no actuar. Pero no. Inexorablemente me llevaron y me condujeron a la situación fatal.
Voy a ser, compañero Pedro Sánchez, totalmente coherente contigo. Y si fuese cierto que tú, secretario general de mi partido, aceptas la prisión permanente revisable para “salvar” el pacto antiterrorista con la restricción mental (puto eufemismo) de que cuando puedas la vas a eliminar, yo voy a solicitar y exigir, con la misma coherencia, no mi baja en mi militancia en el PSOE, si no la suspensión de la misma, justo hasta el día en que el partido anule esa prisión revisable.
Espero que cuando recibas mi comunicación no la consideres una renuncia de militancia. Estoy de acuerdo contigo en que no debe existir esa prisión permanente revisable. Solo que, como yo no tengo necesidad de mostrarme adepto a la guerra antiterrorista del gobierno fascista, voy a mantener, por mi y por ti, nuestra esencial postura contra ese planteamiento en espera de que cuando nos liberemos del complejo existencial al que nos somete la derecha, tu y yo coincidamos de nuevo en la defensa de nuestros valores.
Si no fuese así, lo que más me jodería es que prostituyendo el más noble pensamiento socialista me robases la opción de votar las siglas que más se acercan a mi pensamiento.
Desde la más íntima esperanza de quien se siente expulsado de su casa pero mantiene el sueño del feliz regreso…
Rafa.

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