jueves, 29 de noviembre de 2012

Escoba.

No soy yo, en absoluto, de los que opinan que para ser político sea necesario tener estudios. Por supuesto que no. Pero, a la vista del autismo político que se observa en muchos cargos públicos, no estaría mal que para acceder a ellos se les hiciese un test de inteligencia simplemente para determinar que la tienen normal. Y sentido común.
Parece ser que el ayuntamiento de Monforte de Lemos acaba de ser premiado, por segunda vez, por la limpieza de la ciudad. Y cualquiera que la visite tendrá que dar fe de que es una ciudad limpia y agradable. Sobre el sistema de cubeo establecido he oído opiniones a favor y en contra. Pero el resultado es evidente.
Sin embargo oí hoy en la radio opinar a la portavoz del PP en el ayuntamiento sobre ese premio. Decía la concejal ¡y también senadora! Que recibir un premio está bien, pero que entre tener una escoba de plata en una estantería, o tener un servicio más barato, ella tenía claro lo que prefería, lo segundo.
Y esto pasa, seguramente, porque doña Julia no vio el capítulo de Barrio Sésamo en el que hablaban de bueno, malo y mejor y peor. De ser así, esta madre de la patria tendría otra opinión.
Mire Vd. doña Julia. Yo, y seguramente la mayoría de sus vecinos, no elegimos entre la escoba de plata y el precio. Nos quedamos en vivir una ciudad limpia y agradable en la que vivir a gusto. Tal vez no esté en los argumentarios de su partido, pero el fin de un servicio público es precisamente ofrecer el servicio público y que los vecinos disfruten de él. Y claro, más barato aún sería no prestarlo. Pero no es eso, ¿verdad?
Y con un pequeño esfuerzo más de inteligencia, podríamos colegir que si la ciudad está limpia, además de disfrutarla los monfortinos, será más atractiva para turistas y visitantes. Y eso favorecerá el comercio y la hostelería de la ciudad y con ello a todos los vecinos y hasta los ingresos municipales, lo que hará que el coste del servicio sea relativamente menor.
Claro que este capítulo no lo emitieron en España. De todos modos, si es capaz de entenderlo... puede que un día llegue a ser una buena concejala. Y quien sabe, incluso hasta una buena senadora.
Sin acritud.

Rafa Castillo.

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