Si queremos salir del pozo en el que está nuestro partido, tenemos que empezar por definir las líneas rojas que demarcan nuestros límites, y después respetarlas escrupulosamente. Si no lo hacemos así es que no hemos entendido a la sociedad y esta nos dará de nuevo la espalda.
¿Y ahora? Parece que de algunos de nuestros dirigentes se puede predicar lo que el dicho popular atribuye a los curas: haced lo que digo, pero no hagáis lo que hago. Por eso en Ponferrada, al parecer con el consentimiento de alguna superioridad, nuestros concejales han hecho una moción de censura apoyados en el acosador y tránsfuga.
¿Es qué vale todo para conseguir una alcaldía? ¿Es que por el poder cerramos ojos y tapamos narices ante cualquier inmundicia? ¿Cómo queremos que nos acepte la sociedad si fallamos en lo más evidente? ¿Es que si Ismael Álvarez hubiese sido de los nuestros, ya en 2001 hubiésemos mirado para otro lado y defendido al acosador?
Y conste que me refiero al en pasado. Fue acosador. No sé si lo sigue siendo o se arrepintió. Pero en política lo más importante es la ética. Pero la estética es imprescindible. Y no puedo sentir más que vergüenza cuando alguien me plantea esta situación.
Por eso, como militante socialista, quiero expresar sin paliativos la más enérgica condena sobre esta moción, quienes la hicieron, quienes la apoyaron y quienes la consintieron. Compañeros y compañeras. Si este es el camino por el que vamos a permitir que siga circulando nuestro partido, avisarme que me apeo.