Díaz Ayuso tenía tan pensado adelantar las elecciones autonómicas a la menor ocasión, que ya tenía pensado el eslogan electoral: Socialismo o Libertad. Lo que tengo más dudas es que tenga pensado un programa electoral serio y coherente lejos de cuatro lugares comunes.
Pero ese eslogan
plantea un falso debate, un enfrentamiento entre dos posturas que solo ven los
que tienen una visión parcial de la libertad. La visión de los neoliberales tal
lejos de los liberales clásicos de los siglos XIX y XX que, junto a socialistas
y democristianos, crearon el estado del bienestar y fueron el germen
fundacional de la UE.
En efecto. El liberalismo
que plantea Ayuso no defiende lo que podíamos denominar libertades personales:
sexual, sentimental, a decidir sobre el propio cuerpo, a una muerte digna…
plantea, respecto a libertades personales las que son imposibles de ejercer y
que, en realidad, son libertades de las empresas afectadas: libre elección de
médico y de centro educativo. ¿Y si todos queremos ir al mismo médico o a la
misma escuela?
Lo que no
propugna, la Trump española, es la libertad de conciencia. Quiere imponernos a
todos el pacato pensamiento de su ideología religiosa. Y más, aún. Quiere que
la legislación se adapte a esta, haciendo que lo que ella y los suyos
consideran pecado se convierta ex lege en delito. Mucha libertad, sí.
Eso sí. La libertad
que quiere es la de la empresa para poder despedir libremente a sus
trabajadores, fijarles las retribuciones que quieran y competir en un mercado
cainita sin regulación. Mercado en el que las empresas grandes acabarán devorando
a las chicas y sustituyendo los antiguos monopolios estatales por monopolios de
capitales. Y suprimir impuestos. A cambio de eso, privatizar servicios públicos
como la sanidad y la educación, e incluso, si pudiese, la Seguridad Social.
Por el contrario,
el Socialismo en España y la UE, fueron y son los pioneros en establecer las
libertades personales de las que antes hablamos. Y cada legislatura con
gobierno de izquierdas, nuevas leyes consolidan más conquistas. Leyes seguramente
mejorables, pero que paso a paso van consolidando una sociedad mejor.
Y más justa. Cuando
los neoliberales afirman que el dinero está mejor en el bolsillo de los
ciudadanos, omiten decir “de los ciudadanos que lo tienen”. Un sistema
impositivo progresivo hará que paguen más quienes más tienen en beneficio de
unos buenos servicios públicos para todos.
El socialismo democrático
europeo suma el mayor respeto de las libertades personales con el mayor apoyo a
los derechos básicos de las personas. Y avanza en la consecución de una
sociedad más libre, más igual y más solidaria. Los principios básicos de la
revolución francesa que dio paso al estado moderno.
Por eso, no es
socialismo o libertad. Es socialismo Y
libertad.
Rafa Castillo.
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